Tres monedas de veinte céntimos y una de 5, una mariposa que podría ponerse en cualquier solapa con cinco dedos de amplitud, dos cintas de 33 minutos y una de 66 llenas de brutos de una bruta como yo, un bolígrafo que no nació en mis manos ni en mi bolso ni en mi bolsillo, que probablemente ha recorrido medio Madrid antes de llegar hasta la ranura de mi teclado, él solo escribe números y títulos de videos, poco más, el resto de lo que escribo no lleva tinta. Una chapa que pone I love Veo, unas chinchetas que usé una vez para colgar un reportaje comparativo de Mourinho y Guardiola en tus retinas, un sugus amarillo que no me atrevo a desnudar, el plástico que pone el número a una mesa “27” fue el regalo de cumpleaños del primer Agosto como residente en Madrid, o sea este, o sea nunca, porque mi residencia sigue en Baleares para que me salgan los vuelos a la mitad, soy rubia pero no tonta. Sigamos. Un fosforito amarillo que lo único que subraya hoy es mi dolor de cabeza. Éste, es el lugar en el que se deshacen, se desgranan, se desangran mis ideas, las pocas que tengo o las pocas que quieres ver.



http://instagr.am/p/Bn7wP/

6 comentarios:

Nikaperucita dijo...

Yo tenía esa mariposa. La llevaba siempre enganchada a un bolso de verano, hasta que la perdí en alguno de mis paseos por Salamanca :(

Claudia dijo...

Vaya frenesí!

Outsider dijo...

No puedo creer que entre todo eso no haya un teléfono, ni tan siquiera uno que sirva para hablar por teléfono...

Anónimo dijo...

A mi como informatico de los que te van a arreglar los desaguisados a tu puesto me hace gracia ver el tuyo, espero que no te lo tengan que abrir nunca ;-P

Route 66 dijo...

Eres una escritora excelente :)

Kim Bertran Canut dijo...

Abrazos de sensibilidad y peluches en el equipaje, desde este viaje que emprendo, hacia tu emocional paraje