ZUMBIDOS

Lo más cercano a volverse loco, es escuchar el zumbido de un mosquito bailándote en la oreja. Riéte del viento, porque a partir de ese preciso instante estarás inmersa en un jodido huracán. Como si de un transformers se tratara, todo cambia, todo, excepto lo blandito de la boca de tu estómago. Hombros que quisieran sujetar el cuello de una tortuga, espalda preparada para el  impacto de unas cuantas balas, y dos pulmones enraízados que se envasan al vacío, sucidándote la respiración. 

1 comentario:

Eduardo Fanegas de la Fuente dijo...

Puñeteros mosquitos...qué cosas te hacen.