Perdí la noción de las horas hace unos meses. Cuando los lunes resultaron ser los nuevos domingos y los miércoles dejaron de estar en el centro de este absurdo inventariado de minutos. Todo va mejor sin encorsetar los momentos, sin etiquetar los sentires, sin dibujar palitos en cuadernos y garabatearlos cada vez que quiero un poco más. Está feo programar cada paso como si tuviera la certeza de saber a donde narices voy. Eso, eso sí es perder el tiempo, deslizándose agonizante y pesado entre las grietas de un viejo reloj de sol. Prefiero ver horizontes llenos de *atonteceres y sorprenderme con un apagón de luna , a estar pendiente de la forma de la sombra que proyecta la luz en el más inmediato suelo.
*atardeceres tontos.
2 comentarios:
Qué preciosidad de texto *-*
¡Te mando un muáh!
molas tu mola el texto mola la portada nueva COMO MOLA TODO POR AQUI!!!!!!!!
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