COSTILLAS COMO BARROTES

Cuando me he comido tanta mierda, se me encogen las costillas formando una prisión, y los pulmones tienen pocas ganas de expandirse. Tengo el reflujo de las acciones atragantadas y unas ganas sobrehumanas de escupir barbaridades. Pero no todo está en las manos de una, hay cosas que ni si quiera se dejan tocar.








4 comentarios:

Outsider dijo...

Es mejor que no esté en las manos... porque puestos a escupir barbaridades, las manos pueden quedar perdidas.

Eduardo Fanegas de la Fuente dijo...

Bueno, pero vomitar y desahogarte puedes..

Anónimo dijo...

ésto es sencillamente GENIAL!!!!!!!

Buenos dias con Poesía dijo...

Bueno siendo periodista es lo que toca, rumiar barbaridades. Creo que el arte nos enseña a expresar ese malestar con belleza.